Cuando el corazón se decide, cuando tiene el coraje de cambiar de camino, no se debe esperar.
En este momento me siento como un torbellino de emociones. Demasiados sentimientos en muy poco tiempo. En estos momentos siento el peso del mundo sobre mis hombros, siento como poco a poco estoy madurando, estoy tomando decisiones determinantes en mi vida. Casi sin darme cuenta. Estoy aprendiendo a vivir el día a día, el momento el instante, rigiéndome al pie de la letra por el ''Carpe diem''. No me da miedo lo que pase mañana, quién sabe dónde estaré incluso dentro de una hora. Estoy aprendiendo a querer de verdad, a elegir lo que realmente es bueno para mí. Aquello que sólo puedo elegir yo misma. Aprendiendo a soñar, a dejarme llevar, a creer en el destino. Ese que me ha enseñado que las cosas siempre pasan por algo, que nuestras decisiones siempre marcan las cosas que nos van a ocurrir en un futuro no muy lejano, incluso a veces por simple azar.
Conocer a personas que te hacen sentir lo que nadie antes había conseguido, vivir experiencias que jamás olvidarás por mucho que quieras. Sentimientos desbordados, al fin y al cabo.