lunes, 19 de septiembre de 2011

Y yo te abrazo y empezamos el viaje. Nunca fui tan lejos con tan poco equipaje. Me desvanezco en el espacio y el tiempo. Por unas horas algo llena el vacío.
Y puedo leer tus pensamientos, puedo descrifrar todos tus miedos. Creo que he pasado al otro lado... ¿quién podría olvidar este lugar?

sábado, 17 de septiembre de 2011

Todo lo que tienes que hacer es ponerte los cascos, tirarte al suelo, y escuchar el CD de tu vida. Canción tras canción, no puedes saltarte ninguna, todas han pasado, y de una forma u otra servirán para seguir adelante. No te arrepientas, no te juzgues, se quien eres. Y no hay nada mejor para el mundo. Pausa, rebobinar, play, y más y más aún. Nunca pares la música, no dejes de descubrir sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro.
Y si te sale una lágrima cuando lo escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.

martes, 13 de septiembre de 2011

Hoy es 13 de septiembre de 2011. Último día de verano. No me puedo creer que ya hayan pasado 3 meses desde aquel último viernes del curso, día 16 de junio, cuando a las 10 de la mañana ya había terminado de hacer el examen final de Biología tipo test. Recuerdo con tantísima nostalgia esa felicidad inmunda que me inundaba en esos momentos, salí por la puerta del insituto y empecé a correr de un lado a otro, a saltar... Iba derecha a mi casa a ponerme el bikini, con pensamientos de no quitármelo en todo el verano. Esa noche tuve fiesta de pijamas, nos dormimos a las 7 a.m. Al día siguiente, fiesta ibicenca, y al siguiente, hogueras. Tantas noches de fiesta, risas y música. Mañanas piscineras, tardes de fotos, playas organizadas en horas previas, viernes en el golf con los tacones llenos de tierra, pero algún que otro bailoteo, cenas fuera de casa casi todos los días, Londres, la bici, siestas interminables antes de salir, helados y chocolate, escribir cada segundo en twitter, de la cama al sofá, del sofá a series yonkies, de series yonkies a la calle, de la calle al sofá, y del sofá a la cama. La buena vida por la que te partes los cuernos en invierno, para vivir tu momento en verano, y que cuando llegue septiembre no te acuerdes de cómo se coge el bolíografo. Mañana toca volver a clase. Este curso va a ser duro, pero siempre hay que buscar motivaciones, hivernales, claro. Pero lo mejor de todo es que cuando estés estudiando en invierno, tardes de lunes a domingo interminables, te acordarás de todas esas tardes perfectas, ese sol y esos bailes en verano. Solo me queda decir que el año que viene más y mejor.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Hoy es uno de esos días en los que te paras a pensar, cosas que no se te habían pasado nunca por la cabeza, pero que empiezas a darle importancia aunque quizás ni la tengan. Pero siempre piensas lo mismo, da igual, ya habrá tiempo, todavía es muy pronto, pero el tiempo corre, más deprisa de lo que pensamos y cuando te llegas a dar cuenta, ya no puedes hacer nada. A veces merece la pena dar un gran paso, aunque te lleve todo con ello, pero si quieres conseguirlo, propóntelo y hazlo, no lo pienses , todo es un sueño, todo se esfuma antes de lo que crees y merece la pena cambiar las cosas.
Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas, a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuántas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar.  Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos, por ejemplo, a la frase “comenzar de nuevo”... ¿Cuántas cosas no perderíamos? Serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se echan de menos.
Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser "para siempre", las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a acabar el mundo, el dolor más bonito, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro... ¿Vale realmente la pena perder la memoria?


sábado, 3 de septiembre de 2011

NADIE es perfecto. Pero, ¿quién quiere ser nadie?
LONDRES
A dream come true.