''Para mí, que no soy político en el sentido que todo el mundo entiende, no hay más que una verdad en todo esto: que nos estamos hundiendo cada vez más en el campo estéril de las pasiones y que nos exponemos a salir de él sin vida democrática''. Estas palabras de Unamuno del año 1935 cobran un inusitado vigor en esta España de hoy, increíblemente convulsa, inconsciente de su traumático pasado, dispuesta a repetir los errores históricos, empecinada en resucitar añejos enfrentamientos y la desunión social y política, que ya parecían definitivamente superados.
La salud de la vida democrática pide a gritos la unión, en el entendimiento y la tolerancia, desterrando para siempre los insultos, la demagogia barata y el deseo de excluir al rival político.