lunes, 19 de marzo de 2012

Acabar con la vida democrática.

''Para mí, que no soy político en el sentido que todo el mundo entiende, no hay más que una verdad en todo esto: que nos estamos hundiendo cada vez más en el campo estéril de las pasiones y que nos exponemos a salir de él sin vida democrática''. Estas palabras de Unamuno del año 1935 cobran un inusitado vigor en esta España de hoy, increíblemente convulsa, inconsciente de su traumático pasado, dispuesta a repetir los errores históricos, empecinada en resucitar añejos enfrentamientos y la desunión social y política, que ya parecían definitivamente superados.
La salud de la vida democrática pide a gritos la unión, en el entendimiento y la tolerancia, desterrando para siempre los insultos, la demagogia barata y el deseo de excluir al rival político.