Ahora todo le va bien, tuvo mucha prisa y se salió más de una vez.
Fueron los excesos y las ganas de correr.
Y ahora coge sus tacones y la noche empieza a arder.
Tú cuidado con lo que dices que está hecha de cicatrices,
es el verbo en carne viva, es la mujer elegida. No la busques, déjala.