¿Qué ha sido de ti, de aquella canción, de las horas muertas en tu habitación?
¿Quién dijo que no perdería el control cuando iba a camino de la destrucción?
Hoy vuelve a soplar ese viento del mar que nubla la mente y la vista.
Prefiero saltar de una vez sin mirar, y quiero que tú me sigas...
Y quiero que tú me sigas.