La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes.
Muchas personas, y no sólo la gente mayor, se pasan la vida recordando acontecimientos pasados. Otras, en cambio, se dedican a evocar proyectos que han de cambiar sus vidas, pero que raramente se realizan. En ambos casos, la felicidad reside precisamente en el lugar en el que no se está. El pasado, siempre irrecuperable, puede ser evocado pero es un erros convertirlo en el foco de nuestros pensamientos, pues ya dio todo lo que tenía que dar en su momento. El futuro es incierto en todos los sentidos, y basta con que deseemos ardientemente alcanzar algún objetivo para que, una vez logrado, exclamemos para nuestros adentros: ''Ah, así era esto...''.
Sólo disponemos del momento presente, así que más nos vale buscar la felicidad aquí y ahora. Lo que hacemos en cada instante determina, asimismo, nuestra felicidad futura y la calidad de nuestros recuerdos. Cualquiera que sea nuestra situación, debemos aprovechar lo que ésta nos ofrezca y no perder el tiempo preguntándonos ''cómo sería si...''. Para regar la semilla de la felicidad no hay mejor lugar que el que nos encontramos ni mejor momento que ahora.